jueves, 31 de diciembre de 2009

Murder the government



Feliz año, que se cumplan los deseos de todos y que nuestros gobernantes se pongan las pilas para sacar el pais adelante.

martes, 29 de diciembre de 2009

Adios 2009, no vuelvas nunca más!


I lie awake at night consumed by tragedy, I feel depression's cold hand reaching out for me. All I've ever wanted was your honesty, but now the words, become the blade that you have driven into me.
I don't need your sympathy
I know you're alone tonight, with tears you cry. I hope you're satisfied, and yeah I'm doing fine. Now baby it could be fun, to fire your gun I promise not to run. You can't kill me.
I feel your venom as it's flowing to my brain, weak in the knees but I am loving all the pain. Look into your eyes, I let the trigger rest the blame.


Para empezar, los números impares no me caen bien, me dan mal augurio. Es un año para recordar, pero también para olvidar, un año más con mis amigos y familia, que de a poco se va desmoronando y va quedando la generación de los más jóvenes. Un año donde se dio a mostrar el calentamiento global, día y noche vemos por los medios de comunicación las tragedias naturales que suceden en todo el mundo. Un año para recordar porque Estados Unidos tiene un nuevo lider, que padeceremos los paises inferiores en un futuro? no lo sé. Un año más que se va, un año menos de vida que me queda. Espero para todos, especialmente para los que me rodean que este 2010 sea mucho mejor que éste que pasó.
Buen año, Ro.

Die, die my darling.

Die, die, die my darling
Don't utter a single word
Die, die, die my darling
Just shut your pretty mouth.


Todavia no comprendo los motivos por el cual la gente muere, es solo el plan de un supuesto dios? quien dijo que tenemos que morir? no entiendo, que seria del mundo si la muerte no existiera? seria un mundo superpoblado? algun sentido tiene que haber, pero no lo encuentro...

miércoles, 9 de diciembre de 2009

It's too late to be free.

"...Tenemos una labor, una misión que cumplir, y hemos de llevarla a término importante crisis de nuestra vida reclama con perentoriedad la acción y la energía inmediatas. La impaciencia de comenzar la tarea nos abrasa y consume. El saborear anticipadamente el éxito inflama nuestro espíritu. Es necesario que emprendamos hoy mismo esta tarea y, sin embargo, la aplazamos hasta mañana. ¿Por qué? No hay otra explicación, de no ser la que nos hace dar cuenta de que esto es perverso. Utilicemos la palabra, sin comprender el principio. Llega mañana, y tambien la ansiedad impaciente de cumplir con nuestro deber. Pero con ésta llega asimismo un vivo deseo anónimo de retardarlo otra vez, deseo indudablemente terrible, porque su naturaleza es impenetrable. Cuanto más pasa el tiempo, el deseo es más fuerte. Sólo nos queda una hora para la acción. Esa hora es nuestra. Temblamos ante la violencia del conflicto que se plantea en nosotros, la batalla entre lo definido y lo indefinido, entre la sustancia y la sombra. Pero si llega la lucha a tal punto, prevalece la sombra y nos debatimos vanamente. Suena el reloj. Su campanada es el toque de agonía de nuestra felicidad, y, al mismo tiempo, la diana del fantasma que tanto tiempo nos ha intimidado. Huye la sombra. Desaparece. Somos libres. Renace la antigua energía. ahora trabajaremos. Pero, ¡Ay!, es demasiado tarde.
Nos hallamos al borde de un precipicio. Contemplamos el abismo. Sentimos vértigo y malestar. Nuestra primera intención es retroceder ante el riesgo. Pero, inexplicablemente, no nos movemos de allí. Paulatinamente, el malestar, el vértigo y el horror se confunden en un nebuloso e indefinible sentimiento. De forma gradual, insensible, la nube adquiere forma. Pero, al borde del precipicio, de nuestra nube, se levanta, cada vez más palpable, una forma mil veces más terrible que cualquier fabuloso demonio. No obstante, es sólo un pensamiento que hiela hasta la propia médula de nuestros huesos y les inculca la feroz delicia de su horror. Sencillamente es esta idea: ¿Cuáles serían nuestras sensaciones durante el transcurso de una caída verificada desde tal altura? Y por la sencilla razón de que esta caída implica la más terrible, la más odiosa de cuantas odiosas y horribles imágenes de la muerte y del sufrimiento puede nuestra mente haber concebido, por esta sencilla razón, la deseamos con mayor intensidad. Y porque nuestro raciocinio nos aleja violentamente de la orilla, por esta misma razon nos acercamos acercamos a ella con mayor ímpetu. En la Naturaleza no hay pasión más diabólicamente impaciente que la del hombre que, temblando al borde de un precipicio, piensa arrojarse a él. Permitírselo, intentar pensarlo un solo momento, es, inevitablemente, perderse, porque la reflexión nos ordena que nos abstengamos de ello, y por esto mismo, repito, no nos es posible. Si no encontramos un brazo amigo que nos detenga, o si no somos capaces de un repentino esfuerzo para apartarnos lejos del abismo, nos arrojamos a él, nos aniquilamos..."


Edgar Allan Poe.

El demonio de la perversidad.

"...Si no nos es posible comprender a Dios en sus obras visibles, ¿Cómo podremos comprenderlo en los impenetrables pensamientos suyos que dan vida a esas obras? Si tampoco nos es posible imaginarlo en sus creaciones objetivas, ¿De qué forma habremos de concebirlo en sus modos sustantivos y fases de creación?..."

"...Bajo el poder de la perversidad obramos sin una finalidad inteligible. Si esto aparece como una contradicciónen los términos, podemos modificar la proposición diciendo que bajo su influjo obramos por la razón de que no deberíamos hacerlo..."

"...La seguridad del pecado, o del error, que trae consigo un acto cualquiera, es, frecuentemente, la única fuerza invencible que nos impulsa, y nos impulsa sola a ejecutarlo. Esta tendencia obsesionante de hacer el mal por el mal mismo no admitirá análisis ni resolución alguna en ulteriores elementos. Es un movimiento radical, primitivo, elemental..."
Edgar Allan Poe.